Por la crisis cerraron 6.000 locales, pero la modalidad suma marcas y rubros. Ferreterías, fast food, delivery y educación virtual ganan terreno.
Las franquicias no son inmunes al coronavirus. La pandemia afectó al formato comercial, especialmente en sus dos rubros principales: la indumentaria y la gastronomía. No obstante, los consultores especializados advierten que muchas cadenas aprovecharon para reconvertirse con notable éxito. Y añaden que, en paralelo, irrumpieron y se expanden nuevos negocios vinculados con el actual contexto, como ferreterías, panaderías, comidas dietéticas, productos saludables, educación a distancia y servicios de limpieza, entre otros.
La modalidad, de todos modos, se contrajo drásticamente pero no en forma lineal. En conjunto, según datos de la AAMF (Asociación Argentina de Marcas y Franquicias), el sistema tiene 1.304 marcas franquiciantes, cuyas cadenas concentran 35.831 puntos de venta. “Por la crisis, en 2020 cerraron 6.000 locales, esto es el 15,6% del total. Pero simultáneamente, se abrieron 3.350, más adaptados a la nueva normalidad”, describe el director ejecutivo de la AAMF, Ezequiel Devoto. Así, el balance entre aperturas y cierres arroja “una pérdida neta de 2.650 locales”, es decir el 7% con respecto al año anterior.
La “nueva normalidad” refleja parcialmente la fuerte reconversión del comercio minorista. Ganan terreno las franquicias low cost, los dark stores (tiendas que venden sólo por Internet), corners (espacios dentro de un negocio) y licencias virtuales, principalmente para ofrecer servicios de todo tipo. Como contrapartida, 188 nuevas marcas adoptaron el modelo de franquicias para expandir sus cadenas, lo que representa una suba interanual récord de 15%.
La topografía del sistema se diversifica con la llegada de nuevos rubros y la reconversión de los tradicionales. Según la GAF, la guía oficial de las franquicias, las que más crecieron durante la pandemia fueron Rapipago (sumó 800 franquiciantes), Infopan (92), Grido (80), IAP (67), Eddis Educativa (59), Carnicerías Res (50), Sei Tu Gelato (35), Carnave (30), Colorshop (25) y Tomate Algo (23). La estadística no computa los locales propios de las marcas ni las nuevas aperturas en el exterior.
En la era del COVID-19, los consultores especializados destacan dos hechos: la fenomenal transformación de algunos negocios (locales más chicos o virtuales, la venta directa y la dispersión geográfica) y el surgimiento de nuevos conceptos. La lista es larga y abarca a ferreterías (Verkar), bicicleterías (Bora Bikes y Goldenbike), depósitos temporarios (Bunker Depósitos), dark stores y delivery (Strega Delivery y Tomate Algo), ecotiendas y comidas saludables (Insumos al peso y Vitalcer), fast food y comida al paso (Mr. Churro y By Papas) y capacitación a distancia (IAP y Eddis Educativa), entre muchas otras.
Strega Delivery testimonia el instinto de supervivencia de algunas firmas. Ubicada en el barrio universitario de la capital cordobesa, incorporó el delivery para sus comidas rápidas (tartas, pizzas, lomitos y fernet) y hoy funciona como una dark kitchen, sin atención al público. “Es algo provisorio por la pandemia, pero en el futuro será algo complementario del negocio tradicional”, dice Adrián Coraglio, uno de sus socios. La cadena computa 12 franquicias y prevén llegar a otras ciudades cercanas, como San Francisco, Carlos Paz y Alta Gracia.
Los efectos de la pandemia repercutieron en todo el comercio minorista. “Uno de los rubros más afectados fue la indumentaria por el cierre de los shoppings. Hay mucha incertidumbre y el consumo cambió, pero estos cambios llegaron para quedarse”, explica el consultor Carlos Canudas. El reseteo incluye nuevas fórmulas para operar (venta online, delivery, nuevo packaging, por ejemplo) y la llegada al franchising de novedosos conceptos y modelos de negocio. “En mayor o menor medida, todos se fueron adaptando”, añadió el experto.
Al igual que con los alquileres, las marcas en 2020 aliviaron las condiciones de sus franquiciantes. Lo más usual, suspender el cobro de regalías mientras dure la emergencia. Otras, y por la misma razón, crecieron en forma inusitada, como es el caso de Vitalcer, una cadena de productos dietéticos y productos naturales, que totaliza 130 locales franquiciados. “Tiene que ver con la moda de comer sano y alimentarse mejor, algo que prosperó durante la cuarentena”, grafica su fundador William Ingledew.
Desde su casa matriz, en el barrio porteño de Belgrano, Vitalcer distribuye productos a granel para tratar patologías diversas (celíacos, diabéticos o hipertensos) para su marca insignia. Ingledew sostiene que la velocidad de aperturas se disparó “a un ritmo de entre 3 y 4 por mes”, y asegura que tienen previsto exportar la marca a Chile, Paraguay y Uruguay. “Ya estamos en tratativas”, anticipa.
Ajena a las tensiones por las clases presenciales, la educación a distancia es uno de los rubros que mejor capitaliza las restricciones para operar en la pandemia. Creada en 2010 en la localidad de Pergamino, Eddis Educativa prevé sumar 80 franquicias este año. Uno de sus socios fundadores, Juan Pablo Silvano, sostiene que eso se debe, principalmente, al traspaso de los cursos de capacitación laboral y profesional al mundo virtual. “El inicio fue difícil. Teníamos 20.000 alumnos para empezar antes de la cuarentena”, recordó.
Con buenos reflejos, adoptaron el campus virtual (una plataforma complementaria) para ofrecer un catálogo de 60 cursos a través de Internet. “Los resultados fueron muy buenos -subraya Silvano- y desde junio del año pasado estamos vendiendo franquicias virtuales”. Por esta vía, prevén cerrar el año con un total de 200 franquicias y “sumar dos nuevos mercados: Paraguay y Uruguay”, expresó.
Tomate Algo tiene 15 años de trayectoria. El negocio creado por Sebastián Policaro en 2005 es un servicio de “barras móviles” de canilla libre para eventos y fiestas, reconvertido a la fuerza por las circunstancias, algo que lo favoreció. “Tuvimos que repensar el modelo y hoy es más parecido a una venta directa de tragos preparados y bebidas”, describe Policaro.
La franquicia, en este caso, es básicamente una licencia exclusiva para una determinada zona, “que surgió sin querer”. Tomate Algo ya otorgó 1.200, que se complementan con otros formatos, como el armado de dark stores (venta online exclusivamente) y corners (espacios) dentro de cafeterías, heladerías y locales gastronómicos. “Cuadruplicamos el negocio”, celebra Policaro. Así, por casualidad, detectó la oportunidad para diversificar la oferta de “barras móviles” y profundizar un ecosistema de tragos y bebidas por medio de franquicias.
Fuentes: https://www.clarin.com/economia/franquicias-crecen-plena-crisis-coronavirus_0_1iMiV1xOY.html